Las cortes de Cádiz

Las Cortes de Cádiz se celebraron durante la guerra de la Independencia española, en la que el pueblo español se resistió a la invasión francesa del poderoso Imperio napoleónico. Puso fin al Antiguo Régimen en España, siendo su mayor hito la Constitución de 1812.

Contexto histórico de las Cortes de Cádiz

Durante la guerra de la Independencia española se produjo un vacío de poder, ya que los reyes permanecían en Bayona retenidos por Napoleón Bonaparte (quien convirtió a su hermano en el monarca de España).

Conviene recordar que por aquel entonces ya se habían creado en España las Juntas Provinciales, que estaban integradas por, entre otros, milatares, el alto clero, funcionarios y profesores. Su cometido era el de unas juntas de resistencia frente al invasor.

Incapaces de abarcar la organización de toda España, las Juntas Provinciales cedieron sus competencias a la Junta Suprema Central, que trataba de reunificar toda la fuerza de contestación a los franceses y que se convirtió en el gobierno de España en la sombra.

Derrotados en Ocaña (Toledo), los españoles retrocedieron hacia Andalucía y la Junta Suprema Central se disolvió, instaurándose una regencia.

Convocatoria de las Cortes de Cádiz

Precisamente fue en 1810 cuando se convocaron las Cortes en Cádiz debido a la orografía de la ciudad. Al tratarse de una isla, resultaba más difícil de conquistar por las tropas del Imperio napoleónico.

Desde el 24 de septiembre de ese año y durante cinco meses, las Cortes de Cádiz se reunieron en la isla de León (que en 1813 pasó a llamarse San Fernando en honor al rey Fernando VII). A partir del 24 de febrero de 1811 se trasladaron al oratorio de San Felipe Neri, una iglesia barroca a la que sus miembros acudían cada día.

Juramento de las Cortes de Cádiz
Juramento de las Cortes de Cádiz. Cuadro del pintor José Casado del Alisal que permanece expuesto en el Congreso de los Diputados de España.

Características de las Cortes de Cádiz

Se establecieron entonces unas cortes unicamerales con una representación censitaria en la que sólo votaban los varones mayores de 25 años y de renta media-alta.

Decenas de diputados, que habían sido elegidos mediante votaciones realizadas en sus respectivas ciudades, viajaron hasta Cádiz desde toda España, incluidos aquí los diputados americanos que provenían de las colonías españolas que se habían establecido en América.

No todos pudieron estar presentes en su inauguración, puesto que a algunos les resultó difícil dejar las provincias ocupadas por los franceses (varios tardaron meses en llegar, motivo por el cual se designaron suplentes). Además, tampoco resultaba sencillo entrar en Cádiz, pues era una ciudad asediada por el enemigo.

Si hubiera que comparar las Cortes de Cádiz con las cortes estamentales del Antiguo Régimen, la diferencia estaría muy clara. Al contrario que las antiguas Cortes, en las de la ciudad andaluza no se convocaron a los estamentos nobiliario y eclesiástico, sino a diputados elegidos en función del número de habitantes de cada provincia.

Composición de las Cortes de Cádiz

Los tipos de diputados de las Cortes de Cádiz fueron los siguientes:

  • Liberales: perseguían un régimen parecido al que existía en el país galo tras la Revolución francesa. Es decir, querían que España se convirtiera en un Estado liberal.
  • Moderados: estaban a favor de una soberanía compartida entre el rey y las Cortes. No obstante, eran partidarios de la división de poderes y aceptaban un buen número de las propuestas reformistas de la Ilustración. También se les conocía como jovellanistas, pues su principal referente era Gaspar Melchor de Jovellanos.
  • Absolutistas: eran los partidarios del mantenimiento del Antiguo Régimen. Los liberales se referían a ellos como serviles, debido a su plena sumisión a la monarquía.

Respecto a su número, dependía de la provincia o región peninsular e insular:

Número de los diputados por territorio en las Cortes de Cádiz
  • Cataluña: 15.
  • Galicia: 15.
  • Valencia: 15.
  • Andalucía: 12.
  • Castilla la Mancha: 11.
  • Extremadura: 10.
  • León: 9.
  • Asturias: 7.
  • Castilla la Vieja: 7.
  • Murcia: 6.
  • Baleares: 5.
  • Aragón: 4.
  • Canarias: 3.
  • Vascongadas: 3.
  • Navarra: 1.

En cuanto a los virreinatos de las Indias, su composición era la siguiente:

  • Nueva España: 12.
  • Perú: 10.
  • Río de la Plata: 2.
  • Filipinas: 1.
  • Nueva Granada: 1.

Obra legislativa de las Cortes de Cádiz

Qué leyes se aprobaron en las Cortes de Cádiz

En las Cortes de Cádiz se llevó a cabo la aprobación de una considerable legislación reformista, tanto en cuestiones políticas como sociales y económicas. Con estas leyes se dejaba atrás el absolutismo y se daba paso a una monarquía liberal y parlamentaria, destacando una serie de importantes decretos y normativas.

Lo primero que se aprobó fue un decreto que establecía la soberanía nacional y la división de poderes. También se aprobó un reglamento sobre el propio funcionamiento de las Cortes.

Por supuesto, hay que hacer referencia al decreto de libertad de imprenta del 10 de noviembre de 1810, que introdujo en España este derecho. Conviene tener en cuenta que, durante esta época, numerosas personas viajaron a Cádiz desde toda España, de ahí que se hablara de política en las calles y en las plazas o que se organizaran tertulias.

Esto hizo que se incrementaran los periódicos, los folletos y las hojas sueltas, que ahí que a las imprentas gaditanas se les acumulara el trabajo.

El decreto de libertad de imprenta fue posible en gran parte gracias a la labor de determinados parlamentarios liberales. En concreto, habría que mencionar a José Mejía Lequerica, que era uno de los representantes ecuatorianos en las Cortes de Cádiz, y a Agustín de Argüelles Álvarez, en este caso como diputado por Asturias.

Ambos pusieron la cuestión de la libertad de imprenta sobre la mesa, constituyéndose una comisión que presentó el proyecto a las Cortes para luego proceder a su debate. Ambos diputados dejaron constancia de su habilidad para la oratoria en sus brillantes discursos en defensa de este decreto, que fue aprobado por 68 votos a favor y 32 en contra.

Ahora bien, esta libertad de imprenta sólo se reconoció en relación a las ideas políticas, no para los temas religiosos (éstos quedaban sujetos a la previa censura de los ordinarios eclesiásticos según lo establecido en el Concilio de Trento).

Respecto al contenido de otros decretos de las Cortes de Cádiz, podríamos agruparlos y resumir sus logros en función de su temática:

  • Decretos que buscaban la libertad económica: abolición del feudalismo y de los señores feudales, libertad de industria y de comercio (desaparición de los gremios y de los monopolios comerciales), anulación de las aduanas interiores, desamortización de bienes de conventos y monasterios extinguidos (con el propósito de obtener fondos para de este modo sufragar los gastos ocasionados por la guerra contra los franceses),
  • Decretos que perseguían la igualdad jurídica de todos los ciudadanos: nuevo modelo fiscal con el que el ciudadano pagaba en función de su riqueza, desaparición de los privilegios estamentales, cancelación de los privilegios territoriales (caso de los fueros de Navarra y del actual País Vasco).
  • Decretos relacionados con las libertades políticas: supresión del Tribunal de la Inquisición.

Constitución española de 1812

Sin duda, es la más importante legislación de las Cortes de Cádiz, tratándose de la primera constitución española de la historia. Se aprobó el 19 de marzo de 1812, el día de san José, motivo por el cual se la conoce como la Pepa.

Para su elaboración, los diputados se reunieron durante dos años y realizaron más de 1.400 sesiones, cuya duración podía alcanzar las cuatro horas. A ellas asistían múltiples gaditanos, que se situaban en la zona alta del oratorio para observar y escuchar los debates de los parlamentarios.

En ella se reflejan los principios del liberalismo político y de la Ilustración, pudiendo resumirse sus contenidos de la siguiente manera:

  • Establecimiento de la soberanía nacional.
  • División de los poderes en ejecutivo (rey), legislativo (Cortes) y judicial (tribunales de justicia).
  • Sistema de gobierno sustentado en la monarquía moderada hereditaria, siendo Fernando VII el rey.
  • Igualdad de todos los ciudadanos.
  • Garantizar las libertades, caso de las de pensamiento, prensa, industria y comercio.
  • Reconocimiento de derechos individuales.
  • Sufragio universal masculino.
  • Enseñanza primaria pública y obligatoria.

Fuente: https://muchahistoria.com/cortes-de-cadiz/

Linguas minorizadas e linguas minoritarias. O galego: lingua en vías de normalización.

Linguas minorizadas son aquelas linguas que están en situación de
desvantaxe ou desequilibrio con respecto a una lingua dominante coa que
comparten territorio. Moitas veces cualifícanse por defecto como
minoritarias, equiparándose ambos termos, cando a realidade non é sempre
así. Hai linguas minorizadas que son maioritarias, é dicir, cunha porcentaxe
de falantes superior á da lingua dominante, por exemplo, o sardo, lingua
minorizada, na illa de Sardeña ten máis falantes que o italiano, lingua
dominante. Ademais, o concepto de lingua minoritaria é relativo pois
depende do marco de referencia no que nos situemos. Por exemplo, o
español é lingua maioritaria en España, pero minoritaria nos EEUU.
Polo tanto, trátase de dous conceptos distintos. A lingua minoritaria ten
unha dimensión cuantitativa (cantos falantes a empregan?) e oponse a lingua
maioritaria. A lingua minorizada sen embargo, independentemente do
número de falantes que teña, adquire unha dimensión cualitativa e funcional
(que funcións comunicativas desempeña, para que se usa?) e oponse a lingua
dominante.
Cando una lingua é minorizada recibe a presión dunha lingua dominante que
tende a provocar a súa marxinación e mesmo a súa desaparición. De aí que
falemos de conflito lingüístico, cando os falantes da lingua minorizada esixen espazos comunicativos. Para superalo cómpre poñer en marcha o que se coñece como proceso de normalización, que forma parte á súa vez dunha actuación social máis ampla denominada planificación lingüística, na que están implicados todos os axentes comunicativos: os cidadáns, as institucións de carácter público e privado, a
Administración e todos os grupos sociais.
A lingua galega comezou o seu proceso de normalización co Rexurdimento
do século XIX, cando se incorpora progresivamente a distintos espazos
sociais aos que anteriormente non tiña acceso. Cando no último terzo do
século XX lle foi recoñecido o seu carácter de lingua cooficial, comezou una
nova etapa no seu proceso normalizador.
Neste proceso, aínda que non son os únicos, constitúen un papel importante
as institucións públicas. Na Xunta de Galicia existe una Secretaría Xeral de
Política Lingüística desde 1983 que ten como obxectivo a promoción do
galego na administración e na sociedade en xeral. Resulta evidente que, tras
máis de 25 anos de planificación lingüística, non se conseguiu o obxectivo, xa
que non se detivo a progresiva substitución do galego polo castelán e a
perda de falantes é un dos graves problemas aos que se enfronta o galego
nos anos vindeiros.
Durante estas décadas as actuacións institucionais centráronse
fundamentalmente en catro aspectos:
1º.- A mellora da competencia en galego a través de cursos de
formación.
2º.- A introdución do galego en espazos nos que estivera marxinado
(empresas, asociacións, medios de comunicación, etc.) mediante a
concesión de axudas e subvencións con este fin.
3º.- O financiamento da Compañía de Radio Televisión de Galicia
desde 1985, contribuíu a asociar o galego con connotacións moi
diferentes ás tradicionais, aínda sendo críticos coa calidade da súa
programación.
4º.- A extensión do galego nas novas xeracións para o cal se centraron
todos os esforzos no ámbito do ensino non universitario. Agora ben,
os resultados non foron os esperados, xa que, se é certo que houbo un
avance na competencia escrita, si que se percibe sen embargo unha
importante limitación á hora de normalizar as destrezas orais (a
capacidade para falar do alumnado) debido, entre outras causas, á
escasa presenza do galego como lingua vehicular entre a mocidade.
Ámbitos como o familiar, o cine, a música, os medios de comunicación,
internet, o ciberespazo…. nos que se move a xuventude teñen se cabe
máis impacto ca o ensino á hora de normalizar hábitos lingüísticos e
son ámbitos, sen embargo, con pouca ou ningunha actuación
normalizadora.
Polo tanto, detéctanse algunhas eivas na política lingüística aplicada ata este
momento que resumimos nos seguintes puntos:
1º.- A falta de formación en planificación lingüística do persoal
responsable.
2º.- O incumprimento toral ou parcial da normativa legal establecida ,
como consecuencia da falta de control e inspección.
3º.- O indecuado seguimento e valoración dos investimentos
realizados, que non foi en absoluto efectivo.
4º.- Maior repercusión das iniciativas dos axentes normalizadores
privados: movementos, asociacións e organizacións que interveñen en
diferentes ámbitos da vida social con menor dotación económica.
5º.- Obsérvase desde as institucións un uso litúrxico e meramente
simbólico, que pode acabar constituíndo un novo perigo para o galego,
na medida que supón a súa ritualización nada efectiva para a súa
normalización.
Pero o éxito da normalización lingüística depende tamén, como dixemos
anteriormente, da normalización da realidade galega no seu conxunto, na
iniciativa libre e espontánea dos cidadáns e o certo é que a este respecto non
son aínda maioritarias as manifestacións tendentes á normalización da
lingua

Fuente: https://www.edu.xunta.gal/centros/iesescolasproval/system/files/TEMA%20III.pdf

Punto, recta y plano

En matemáticas estamos dando los planos. Los conceptos básicos a saber son los siguientes:

  • ¿Qué es un punto?

Un punto muestra una ubicación y como tal, no tiene tamaño o dimensión alguna. Un punto es representado precisamente por eso: un punto y su notación se hace convencionalmente por una letra mayúscula que se escribe en su cercanía.

  • ¿Qué es una recta?

Una recta puede definirse como un conjunto de puntos que se extienden alineados,infinitamente, en dos direcciones opuestas. Una recta es unidimensional y tiene “ancho”. Se la identifica nombrando dos puntos que estén contenidos en ella, o (muy convencionalmente usada esta notación en los salones de clases) nombrándola con una letra minúscula.

  • ¿Qué es un plano?

Un plano es una superficie plana que no tiene dimensión en “volumen” y que se  extiende infinitamente en todas las direcciones. Se trata, entonces, de un objeto bi dimensional. En los salones de clase, suele dibujarse como paralelogramo y en general, para diferenciarlo de las notaciones anteriores, se elige nombrarlo con una letra griega, escrita en uno de sus rincones. Si bien se utiliza un paralelogramo (porque de alguna manera hay que dibujarlo) es importante recordar que un plano geométrico es infinito en todas direcciones, no tiene límites y por razones de simplicidad, deberías pensar en un plano como una hoja de papel infinitamente grande.

Veamos estos tres conceptos y sus respectivas notaciones a través del siguiente dibujo:

plano recta punto

En esta figura podemos apreciar a los tres elementos que mencionamos con sus notaciones respectivas. Por una parte el punto A, por otra a la recta r (de la cual no forma parte el punto A) y por último al plano β (beta).

Fuente: https://matematicasmodernas.com/punto-recta-y-plano/

Antonio Buero Vallejo

En literatura hemos dado a uno de los personajes más importantes del teatro de la posguerra, Antonio Buero Vallejo. A continuación, os cuento una breve biografía de él:

Desde su infancia se interesa por la literatura, sobre todo por el teatro. Estudia en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y, acusado de «adhesión a la rebelión», permanece en prisión desde 1939 hasta 1946. Allí coincide con Miguel Hernández y entablan una fuerte amistad. Al ser puesto en libertad comienza a colaborar en diversas revistas como dibujante y escritor de pequeñas piezas de teatro.

Su debut se produce en 1949 con la publicación de Historia de una escalera (1949), obra galardonada con el Premio Lope de Vega y que tuvo un gran éxito de público en el Teatro Español de Madrid. Durante la década de los cincuenta escribe y estrena, en España y en el extranjero, obras tan significativas en su trayectoria literaria como La tejedora de sueños (1951), La señal que se espera (1952), Casi un cuento de hadas (1953), Madrugada (1953), Hoy es fiesta (1956) o Un soñador para un pueblo (1958). A pesar de varios problemas con la censura vigente, sigue estrenando títulos como El concierto de San Ovidio (1962), Aventura en lo gris (1954), El tragaluz (1967) -que se mantiene en cartel durante casi nueve meses- o Las Meninas, cuyo estreno en 1960 obtiene un éxito sin precedentes. Además, prepara versiones de Shakespeare –Hamlet, príncipe de Dinamarca– y Bertolt Brecht –Madre Coraje y sus hijos.

Posteriormente, realiza un ciclo de conferencias en varias universidades estadounidenses. En 1971 ingresa en la Real Academia Española, y más tarde es nombrado socio de honor del Círculo de Bellas Artes y del Ateneo de Madrid. Asimismo, pertenece a diversas academias, comités y sociedades de América, Portugal, Alemania y Francia.

Durante los primeros años de democracia en España no cesa de estrenar obras: Jueces en la noche (1979), Caimán (1981) y Diálogo secreto (1985) o su versión de El pato silvestre, de Henrik Ibsen, en 1982. En 1986 recibe del Premio Miguel de Cervantes por toda su trayectoria literaria. Compagina su éxito en el campo de la literatura con su otra gran pasión, la pintura. En 1993 publica Libro de estampas, donde se recogen pinturas acompañadas de textos inéditos del autor. En 1997 ve la luz su última obra, Misión al pueblo desierto, estrenada en Madrid dos años después. En 1998 es nombrado presidente de honor de la Fundación Fomento del Teatro.

Fallece en Madrid el 29 de abril del año 2000, y 7 años después, el 15 de octubre de 2007, la Biblioteca del Instituto Cervantes de Burdeos recibe el nombre de Antonio Buero Vallejo.

Fuente: https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/biografias/burdeos_antonio_buero_vallejo.htm